Diario de viaje

En Corrientes y Misiones comienza la verdadera aventura

1 abril, 2018


¿Cuánta aventura queremos?

Nuestra primera experiencia en la que nos sentimos aventureros fue viajar a dedo desde Ushuaia y volver a dedo hasta Buenos Aires. Para los grandes viajeros que viajan a dedo esto no puede ser gran cosa, pero era nuestra primera vez haciendo grandes distancias a dedo y lo vivimos como una aventura. Después cuando cambiamos de forma de viaje y decidimos comprar una kombi, creo que no eramos conscientes de las aventuras que podríamos vivir. Viajando con mochila, a dedo, lo peor que te puede pasar es tener que armar la carpa y esperar al día siguiente. En cambio, viajando en kombi, si se te para la kombi en mitad de la provincia de Corrientes y no tienes ni idea de mecánica la cosa cambia. Tienes que solucionarlo de alguna manera para poder seguir y eso supone enfrentarse a tus miedos y a aprender, aprender mucho y rápido.

Cuando tuvimos miedo a no saber salir de la Colonia Carlos Pellegrini (rodeados por kilómetros de ripio, que si llovía se ponía digamos que complicado), esta fue la pregunta que nos hicimos ¿Cuánta aventura queremos?

Vamos a intentar averiguarlo:

Corrientes y los Esteros del Iberá

Nos fuimos de Uruguay con la kombi lista para vivir en ella. Nuestro siguiente destino eran los esteros del Iberá. Habíamos leído sobre el proyecto de recuperación de fauna autóctona: yaguaretés, tapires y osos hormigueros.

Nuestra primera parada era Mercedes, una de las entradas a la reserva Iberá. Pero Vera se puso en huelga antes de llegar y se paró en medio de la ruta. Era la segunda vez ya que nos pasaba esto, pero esta vez no había primos a los que llamar para rescatarnos. Unos chicos se pararon a ayudarnos, pero no pudieron hacer mucho. Así que llamamos a la grúa y nos llevó a Mercedes a un mecánico. Aprendimos a limar el platino y cargamos la batería, parecía que todo estaba bien, así que decidimos ir a la laguna Iberá. El camino son 120 km, de los cuales 80 km son de ripio, que si llueve se puede poner complicado. Cuando ya estábamos en el ripio se nos volvió a parar y un buen samaritano nos remolcó de vuelta al pueblo. Cambiamos el platino y volvimos a cargar la batería.

Nos ayudan a seguir
Nos ayudan a seguir

Todo parecía bien de nuevo así que segundo intento para ir a la laguna. La parte asfaltada fue bien, pero al entrar en el ripio había llovido, la kombi patinó un poco y se paró. El problema es que ahora, a parte de no arrancar, no la podíamos mover debido al barro, así que estábamos en la mitad del camino. Por suerte llegaron un montón de camioneros que nos ayudaron a poner a Vera de vuelta en la huella y nos ayudaron a arrancarla en marcha.

Nuestro principal problema era que cuando se apagaba la kombi, no sabíamos si después iba a arrancar o teníamos que empujarla o tirar de ella para que arrancase. Finalemente llegamos a la Colonia Carlos Pellegrini, una localidad a los pies de la laguna del Iberá, cruzando un hermoso puente de madera que avisa a todo el pueblo de tu llegada.

Llegando a la Col Carlos Pellegrini
Llegando a la Col Carlos Pellegrini

Descubriendo los esteros del Iberá

Ana en la Laguna del IberáLos esteros del Iberá es una reserva natural muy grande, con numerosas lagunas y humedales. Iberá significa agua que brilla. El lugar más preparado para el turismo es la Colonia Carlos Pellegrini, hay muchos alojamientos y un camping municipal precioso a los pies del lago. El resto de lugares del Iberá son menos accesibles y van adaptándose poco a poco al turismo.

Ana en la Laguna del Iberá
Ana en la Laguna del Iberá

Hicimos un paseo en barco por la laguna en el que vimos yacarés, carpinchos, ciervos del pantano y muchas aves diferentes. La mejor hora para hacer el paseo es al atardecer, hay más movimiento de fauna. Puedes ver a los yacarés tomando el sol, bandadas de garzas volando sin destino o pequeñas aves sobre los carpinchos como si fueran un autobús que las lleva de un lugar a otro. Uno se siente un intruso muy privilegiado pudiendo estar en medio de la naturaleza viendo las maravillas que te ofrece.

Carpinchos por todas partes
Carpinchos por todas partes

Lo que no vimos fueron tapires, yaguaretés ni osos hormigueros. La estancia que trabaja en su recuperación no se visita. Hacen mucha propaganda sobre el proyecto, y uno va allí esperando poder ver algo, pero nos dijeron que por ahora se centraban en la recuperación y todavía tenían mucho trabajo antes de dejarlos libres en la naturaleza. Supongo que es lógico que quieran que los animales crezcan sin la presencia humana. Esperemos que en un futuro los tapires, osos hormigueros y yaguaretés caminen a sus anchas por los esteros como lo hacen los carpinchos.

¿Y ahora qué?

Allí estábamos, en un camping precioso en la laguna, en medio de la nada y la kombi que podía volver a fallar en cualquier momento. Posiblemente no disfrutamos del todo de la reserva natural debido a nuestras preocupaciones por Vera. No sabíamos que hacer, y teníamos dos opciones. La primera: volver a Mercedes (80 km de ripio + 40 km asfaltados), donde el mecánico que conocimos no parecía encontrar ninguna solución. O la segunda: ir hasta Posadas (140 km de ripio + 60 km asfaltados), que estaba más lejos pero podríamos intentar buscar un mecánico mejor. Además, de esos 140km de ripio, nos dijeron que los primeros 20 km eran un arenal dificil de transitar (o imposible si había llovido). Una tercera opción sería ir hasta Posadas volviendo por Mercedes, pero supodría hacer unos 560 km, más del doble que yendo directos.

¿Y ahora qué?
¿Y ahora qué?

Estábamos bastante desanimados, sin lograr decidirnos, pensando en volver a Buenos Aires, vender la kombi, volver a España, casarnos y tener hijos. Lo que la gente llama una vida “normal”. Pero a la mañana siguiente un hombre que viajaba se nos acercó, estuvimos hablando y nos recomendó un mecánico de confianza en Posadas. Sólo teníamos que conseguir ir hasta allí… Nos dijeron que el arenal estaba seco y que sí hacíamos esos primeros 20km, después la ruta estaba bastante bien (aclaro que bastante bien según los estándares de ellos). Era eso o desandar el camino a Mercedes y dar un rodeo muy grande. Así que ¿cuánta aventura queremos? Un poco más: decidimos aventuramos por el arenal esperando que Vera no se parara en el camino.

Atardecer desde el camping
Atardecer desde el camping

Al principio fue una locura, pozos enormes y mucha arena, pero Ángel y Vera supieron sortearlo todo. Nos encontramos con un hombre de Madrid en un auto normal y alquilado que estaba pasándolo bastante mal en el camino, estaba empeñado en seguir adelante, nunca sabremos si lo consiguió. Nosotros sí lo hicimos 😊 Llegamos al lugar de la Tierra colorada, fuimos a Posadas y allí Victor y toda la gente de su taller nos ayudó muchísimo. El problema era una mala conexión en el switch de arranque y algún detalle más. Aprovechamos para poner a Vera a punto, pasar la vtv y así poder disfrutar de la Tierra Colorada, Misiones.

¡Muchas Gracias!
¡Muchas Gracias!

Misiones: Lugar de la Tierra Colorada

Misiones tiene principalmente saltos de agua, misiones Jesuitas, yerbatales y minas de piedras preciosas. Lo más conocido de Misiones son las cataratas del Iguazú. Toda la gente que va en avión se pierde el espectáculo que ofrece una de las provincias más bonitas de Argentina. Manejar por las rutas de Misiones es un placer, cerro arriba y cerro abajo continuamente. Las rutas van por en medio de un paisaje selvático en el que hay un gran contraste entre el rojizo de la tierra y el verde de la selva, incluso la ruta se tiñe muchas veces de rojo. Especialmente hermosa es la ruta 2 que transcurre a orillas del río Uruguay. Es una provincia que hay que recorrer, viendo las distintas misiones, y saltos de agua para terminar en la gran atracción turística, las cataratas del Iguazú.

Ruinas Jesuítas

Visitamos las ruinas de Santa Ana y San Ignacio. Las primeras son literalmente ruinas y las segundas tienen partes reconstruidas. En ambas hay guías que te las muestran y explican su historia. La verdad es que es increíble que en pleno siglo XVII, cuando en Europa había monarquías absolutistas, los jesuitas establecieran este tipo de asentamiento que se basaban en el trueque y el auto-abastecimiento. Eran unas treinta misiones entre Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, en cada una de ellas vivían unas 50000 personas. Las crearon los jesuitas con el fin de evangelizar a los guaraníes, pero también supieron respetar su cultura y adaptarse a ella.

Ruinas de San Ignacio
Ruinas de San Ignacio

Vera se pone en huelga en lo alto del Moconá

Visitamos el salto encantado e intentamos visitar los saltos del Moconá. Pero la kombi se puso en huelga de nuevo. Se quedó parada en el parque natural a las 18.30. El guardaparques nos dijo que no podíamos dormir allí y que teníamos que irnos, que además estaba subiendo el río y podíamos quedarnos atrapados varios días y él no quería problemas con su superior. Estaba más pendiente de que su superior no le dijera nada, que de ayudarnos. Nos ayudó a arrancar y salimos de allí, pero algo le pasaba a la kombi y volvió a pararse. Dormimos a un lado de la ruta, por lo menos estábamos al otro lado ya del puente.

El agua no dejaba de subir
El agua no dejaba de subir

A la mañana siguiente unos chicos de un alojamiento cercano nos ayudaron a arrancarla en marcha y a duras penas llegamos al pueblo. Se nos paró otra vez justo al llegar a una gasolinera en El Soberbio. Allí un buen hombre nos ayudó a llegar al mecánico y pudimos arreglar la kombi. Al día siguiente volvimos a los saltos del Moconá, con tan mala suerte que se suspendieron las visitas en barco a los saltos por el nivel del agua y nos quedamos sin verlos. Así que seguimos camino.

Centro Cultural Vortix

De camino a las cataratas se nos ocurrió parar en Montecarlo, en turismo les contamos nuestro proyecto y nos mandaron al centro cultural Vortix. Allí pasamos unos días en los que el polaco nos acogió y dimos una charla para aquellos que se acercaron. Nos encantó conocer a gente como él, que hace cosas y se moviliza por los lugares en los que vive. Él y su pareja han puesto en marcha un centro cultural para gente joven en el que se hacen muchas actividades. Montecarlo es un pueblo muy conservador y necesita lugares como este que hagan a la gente moverse. Montecarlo es la capital nacional de la orquídea, pero a principios de otoño no vimos muchas.

Una de las maravillas naturales del mundo

Al final llegamos a la gran atracción turística, las cataratas del Iguazú. Es imposible que te decepcionen, por muchas fotografías que hayas visto no te haces una idea de lo grandes e impresionantes que son. Cuando nosotros llegamos había estado lloviendo, así que la cantidad de agua era impresionante. La pena es que por la deforestación el agua se tiñe de color marrón al arrastrar mucha cantidad de tierra.

Cataratas del Iguazú
Cataratas del Iguazú

Grandes saltos de agua por todas partes
Grandes saltos de agua por todas partes

Garganta del diablo
Garganta del diablo

Es increíble, hay cascadas por todas partes, 275 cascadas de hasta 80m. Del lado argentino se recorren muchas pasarelas en las que ves las cascadas desde abajo, desde arriba y vas hasta la garganta del diablo, una de las más impresionantes. Pero la vista desde el lado de Brasil también merece la pena, es una perspectiva distinta y ves cascadas que no se ven desde el lado argentino. Además de cascadas también puedes disfrutar de la flora y la fauna. A nosotros los simpáticos coatíes no nos dejaron comer a gusto.

Coatíes
Coatíes

Primeros amigos en Kombi

En Foz de Iguazú nos encontramos con los chicos de #Otrakombi y pasamos un par de días con ellos. Nos encantó poder compartir historias de viaje con ellos y aprender de su experiencia, ellos ya llevan un par de años viajando.

Nuestro siguiente destino: Paraguay, un país del que poco sabemos y tenemos muchas ganas y curiosidad por ir.

¿Cuánta aventura queremos?

Empezamos el post haciéndonos esta pregunta y fue una pregunta que se nos vino a la cabeza en nuestros primeros sustos como kombinautas. En este mes aprendimos muchas cosas: superamos nuestros miedos, aprendimos a pedir ayuda, a dejarnos ayudar, un poco de mecánica, hicimos nuevos amigos y dijimos muchísimas veces Gracias. Aprendimos que de una forma u otra podemos solucionar los problemas que nos encontremos, aprendimos que otros viajeros tuvieron problemas peores y salieron adelante.

Aprendimos el significado de libertad. Ahora somos más libres que nunca y eso asusta, asusta porque tienes que tomar grandes decisiones, tienes que aprender a confiar en la gente y en tu instinto. Salimos de viaje y salimos de nuestra zona de confort, dónde parecía que teníamos todo controlado (seguramente una ilusión ya que en cualquier momento pueden cambiar las reglas del juego y quedarte sin trabajo y con una hipoteca por dar un ejemplo). Vimos que no todos son pros a la hora de elegir esta forma de vida, pero que aún así nos gusta y mucho. Por eso, a esta pregunta que nos hicimos, sólo encontramos una respuesta:

La que la ruta nos ofrezca